¿Es recomendable circular de vez en cuando en punto muerto?

Existen multitud de consejos para ahorrar combustible de forma efectiva, pero si alguna vez te has planteado o practicado el usar el punto muerto como herramienta o estrategia de ahorro de carburante quizá deberías pensártelo dos veces. Existen creencias que aseguran que circular el máximo tiempo posible en punto muerto supone un sustancial ahorro de gasolina o diésel, pero esto no sólo es falso en la mayoría de ocasiones sino que además puede suponer un grave problema de seguridad además de un grave daño para tu caja de cambios manual o cambio automático.
Lo que conocemos como circular en punto muerto supone dejar que nuestro vehículo circule con su propia inercia, algo que pretende buscar un ahorro de combustible en carreteras sin apenas pendiente o con pendiente favorable. De este modo, al aprovechar esa inercia el vehículo pierde muy poca velocidad o incluso gana sin la pendiente es favorable, con el motor en ralentí. Justamente en este punto es donde debemos tener en cuenta que todo motor en ralentí tiene un consumo mínimo para mantener el propulsor y los sistemas auxiliares en funcionamiento. Por regla general el consumo en ralentí suele oscilar entre 0,5 y 1 l/100 Km circulando a una velocidad de entre 100 y 120 Km/h, lo que ya nos sirve para desmentir que el circular en punto muerto no suponga consumir nada de combustible. En estos casos es mucho más recomendable saber usar nuestra caja de cambios y sacar el máximo provecho al empleo de las marchas más largas e incluso aplicar técnicas como saltarse marchas entre cambios.
Cuanto más moderno sea el motor que conducimos, más optimizado estará para consumir los menos posible en ralentí, lo que quizá te siga haciendo dudar de si circular en punto muerto es algo que te pueda ayudar a consumir menos en algunas situaciones. Puede que siendo muy estricto con los cálculos y las condiciones efectivamente encuentres un ahorro, pero por ello también debes valorar cuán seguro es circular en punto muerto.
Circular en punto muerto supone que nuestro motor y caja de cambios están desconectados, por lo que ante cualquier necesidad de aceleración deberemos anticiparnos para volver a engranar relación y adecuar velocidad. Esto ya supone que nuestra conducción se ve limitada en caso de improvisto. Pero el aspecto más peligroso de circular en punto muerto lo encontramos en el aprovechamiento de pendientes, donde deberíamos usar el freno motor, pero donde vemos que esta técnica nos frena y el circular en punto muerto nos permite no reducir la velocidad con un consumo mínimo. Si afrontamos una pendiente en punto muerto ganaremos rápidamente velocidad, lo que nos obligará a usar el sistema de frenos de forma reiterada pudiendo propiciar un sobrecalentamiento y aparición de fatiga que nos lleva incluso a la situación fatal de quedarse sin frenos.
¿Y por qué vuelve a ponerse de moda circular en punto muerto? Los coches más modernos y eficientes en el mercado están integrando sistemas de “navegación a vela” o “rueda libre” en sus versiones automáticas, una tecnología que permite al coche circular en punto muerto para mantener la velocidad en circunstancias concretas cuando no estamos acelerando y no existe pendiente. De esta forma el coche avanza por su propia inercia pero, y esto es lo más importante, jamás actúa cuando un vehículo tiende a ganar velocidad con esa inercia o cuando necesitamos de una fuerte aceleración ya que el sistema brinda la máxima potencia en milésimas de segundo. Este sistema mide en tiempo real multitud de variables para trabajar en condiciones de máxima seguridad, por lo que es imposible que nosotros seamos capaces de replicar su funcionamiento al circular en punto muerto por nuestra cuenta.